Cuando pensamos en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), es fácil imaginar a un niño incapaz de quedarse quieto en su asiento, moviendo constantemente las piernas o interrumpiendo la clase.
Este es el estereotipo más común asociado al TDAH y, aunque puede ser cierto para algunas personas, no refleja la realidad completa de este trastorno, especialmente en adultos. Uno de los mitos más extendidos es que el TDAH siempre causa hiperactividad física.
¿Qué es la hiperactividad en el TDAH?
La hiperactividad es solo uno de los tres síntomas principales del TDAH, junto con la inatención y la impulsividad. Sin embargo, la forma en que se manifiesta la hiperactividad puede variar significativamente entre niños y adultos, e incluso entre diferentes personas con el trastorno.
En los niños, es más común que la hiperactividad se exprese de forma física: corren, saltan, no pueden permanecer sentados o hablan sin parar. Pero, ¿qué pasa con los adultos? La hiperactividad física puede disminuir con la edad, pero eso no significa que desaparezca por completo. En los adultos, suele transformarse en algo menos visible, como una inquietud interna o una necesidad constante de mantenerse ocupados.
Como la energía,la hiperactividad en los adultos no desaparece, se transforma.
En la adultez, la hiperactividad motora puede desaparecer pero se transforma en otras formas de manifestarse como:
- Necesidad constante de proyectos: En lugar de moverse físicamente, algunos adultos con TDAH canalizan su hiperactividad en la creación de nuevos proyectos, ideas o actividades. Aunque esto puede ser productivo, también puede llevar al agotamiento o a la falta de seguimiento en sus iniciativas.
- Inquietud interna: Muchas personas con TDAH describen sentir una «agitación» interna, como si su mente nunca pudiera estar en calma. Incluso cuando están sentadas tranquilamente, su mente puede estar saltando de un pensamiento a otro.
- Dificultad para relajarse: Aunque puedan estar físicamente quietos, muchas personas con TDAH encuentran extremadamente difícil desconectar, ya sea viendo una película, leyendo un libro o simplemente descansando.
- Conductas nerviosas: Jugar con un bolígrafo, mover las piernas bajo la mesa o tocarse el cabello son pequeños gestos que pueden ser expresiones de hiperactividad en los adultos.
«Pero si tú eres muy tranquilo, no parece que tengas TDAH«
Como todos los mitos, este también puede ser perjudicial. Muchas personas con TDAH se sienten incomprendidas porque sus síntomas no coinciden con las expectativas populares. Esto puede llevar a comentarios como «no parece que tengas TDAH» o «siempre estás tranquilo, ¿cómo vas a tener hiperactividad?».
Estas afirmaciones invalidan la experiencia de quienes luchan con la hiperactividad de formas menos visibles. También contribuyen al estigma y a la falta de comprensión sobre cómo el TDAH afecta a los adultos.
Diagnóstico de TDAH en adultos
¿Te identificas con lo que que estás leyendo? Si crees tener todos o parte de los síntomas de TDAH puede ser conveniente que salgas de dudas con una evaluación más exhaustiva. Un diagnóstico temprano es fundamental para prevenir consecuencias más graves que a menudo surgen de un TDAH no tratado.
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