La hiperactividad en adultos con TDAH es menos visible que en los niños, pero sigue siendo una fuerza poderosa que influye en múltiples aspectos de su vida diaria. En lugar de expresarse a través de la inquietud física, como ocurre en los niños, se manifiesta como una agitación interna que impulsa a los adultos a iniciar proyectos, explorar nuevas ideas y buscar cambios constantemente.
Aunque esta característica puede ser fuente de frustración, también puede convertirse en una fortaleza cuando se gestiona adecuadamente. Aprender a canalizar esta energía de manera productiva es clave para que los adultos con TDAH puedan aprovechar sus talentos y alcanzar sus objetivos.
Una hiperactividad menos física
A medida que el cerebro madura, los adultos con TDAH suelen mostrar una hiperactividad menos física, aunque el trastorno continúa influyendo en diversas áreas de su vida. En lugar de correr de un lado a otro o moverse sin parar, como en el caso de los niños, los adultos experimentan una hiperactividad más cognitiva o mental, lo que a menudo se traduce en un deseo imparable de poner en marcha proyectos, cambiar de actividades y embarcarse en nuevas ideas, una y otra vez.
La hiperactividad en los niños
En la infancia, la hiperactividad es fácilmente observable. Los niños con TDAH a menudo tienen problemas para quedarse quietos y pueden estar en constante movimiento. Saltar, correr, levantarse del asiento en momentos inapropiados o tocar objetos a su alrededor son manifestaciones comunes. Esta hiperactividad motora es uno de los principales signos que llevan a los padres y educadores a sospechar del diagnóstico de TDAH.
El comportamiento motor agitado de los niños con TDAH no está necesariamente vinculado a una motivación concreta. A menudo, los niños parecen moverse de manera impulsiva, sin un propósito claro, lo que puede generar conflictos en entornos estructurados, como la escuela, donde se espera que se comporten de manera más controlada. Este tipo de hiperactividad también puede resultar agotador para las personas a su alrededor, especialmente para los padres y maestros.
Hiperactividad en adultos: de lo motor a lo cognitivo
En la adultez, la hiperactividad motora suele disminuir, pero el TDAH persiste en la mayoría de los casos. La diferencia clave es que la energía que antes se expresaba físicamente ahora se convierte en una inquietud interna y mental. Los adultos con TDAH pueden experimentar una sensación constante de «estar en marcha» incluso si su cuerpo permanece relativamente quieto. Este fenómeno se traduce en lo que algunos expertos llaman «hiperactividad mental» o «agitación cognitiva».
Esta hiperactividad interna a menudo se manifiesta como una necesidad persistente de iniciar proyectos nuevos o de cambiar constantemente de enfoque. A diferencia de los niños, cuya energía puede expresarse corriendo o moviéndose sin parar, los adultos canalizan esa energía en forma de creatividad e iniciativa, pero también en la incapacidad de mantener la concentración en una sola tarea. Un adulto con TDAH puede sentirse impulsado a empezar múltiples proyectos a la vez, sintiendo una oleada de emoción y motivación inicial, pero luego enfrentarse a dificultades para completarlos debido a la falta de seguimiento, la dispersión mental o la pérdida de interés.
El Ciclo de la Hiperactividad Productiva
Muchos adultos con TDAH experimentan este impulso de iniciar proyectos de manera cíclica. Una idea nueva puede generar una ráfaga de entusiasmo, lo que los lleva a dedicar horas o incluso días a planificar y ejecutar el inicio del proyecto. Sin embargo, una vez que la novedad desaparece y las tareas se vuelven rutinarias o complicadas, ese entusiasmo inicial puede disminuir. Como resultado, el proyecto queda sin terminar o se pasa a otro, creando un patrón de inicios entusiastas sin finalizaciones satisfactorias.
Este ciclo no solo se limita al ámbito laboral, sino que también puede afectar aspectos personales, como relaciones o hobbies. La constante búsqueda de algo nuevo y emocionante puede generar frustración en los adultos con TDAH, especialmente cuando ven que sus esfuerzos no siempre llevan al resultado esperado. Además, la presión interna para mantenerse en movimiento, aunque de manera cognitiva, puede llevar a un agotamiento mental y emocional.
El Deseo de innovar y crear
Pese a las dificultades que este ciclo puede generar, también hay un lado positivo: muchos adultos con TDAH son extremadamente creativos y emprendedores. El impulso de comenzar proyectos nuevos puede dar lugar a ideas innovadoras y soluciones disruptivas, lo que convierte a muchos de estos adultos en visionarios en sus campos. La capacidad de pensar «fuera de la caja» es una característica valiosa que a menudo se ve fortalecida por la naturaleza hiperactiva del TDAH. La energía mental puede conducir a momentos de alta productividad, especialmente en contextos donde la innovación y la flexibilidad son necesarias.
Sin embargo, es fundamental que los adultos con TDAH aprendan a gestionar esta energía de manera efectiva. Encontrar herramientas que les permitan organizar sus ideas y mantener el enfoque a largo plazo es clave para convertir esa hiperactividad en una ventaja en lugar de una barrera. La terapia cognitivo-conductual, la meditación y técnicas de gestión del tiempo son solo algunas de las estrategias que han demostrado ser útiles para canalizar esta energía de manera más productiva.
Diferencias en la manifestación emocional
Otra diferencia importante entre la hiperactividad en niños y adultos con TDAH es la forma en que ambos grupos experimentan la regulación emocional. Si bien los niños con TDAH pueden ser propensos a explosiones emocionales debido a su hiperactividad y dificultad para gestionar la frustración, los adultos a menudo experimentan una mayor fluctuación en sus emociones, derivada de su agitación interna. Los adultos pueden sentirse abrumados por la sensación de «no hacer lo suficiente» o de estar siempre persiguiendo algo nuevo, lo que puede llevar a episodios de ansiedad, estrés o incluso depresión.
Este desajuste emocional puede ser un reto para las relaciones personales y profesionales, ya que los adultos con TDAH pueden ser vistos como personas inconstantes o incapaces de cumplir con compromisos, lo que afecta su autoestima y su bienestar general.
Fuentes:
- Barkley, R. A. (2015). Attention-Deficit Hyperactivity Disorder: A Handbook for Diagnosis and Treatment. Guilford Press.
- Kooij, J. J. S. (2013). Adult ADHD: Diagnostic Assessment and Treatment. Springer.
- Weiss, M., & Hechtman, L. (2020). ADHD in Adulthood: A Guide to Current Theory, Diagnosis, and Treatment. Routledge.
- Faraone, S. V., et al. (2019). «The World Federation of ADHD International Consensus Statement: 208 Evidence-based Conclusions about the Disorder». Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 100, 223-228.
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