Si tienes TDAH, seguro que en más de una ocasión has sentido que tu mente va a toda velocidad, con un torrente de pensamientos que parece no tener fin.
Esta sensación de flujo constante puede ser agotadora y afectar nuestra capacidad para concentrarnos, tomar decisiones o simplemente descansar. Entender por qué ocurre y cómo gestionarlo es clave para mejorar nuestro día a día.
¿Qué son los pensamientos acelerados en el TDAH?
Los pensamientos acelerados, también conocidos como flujo o torrente de pensamientos, son una sucesión rápida e incontrolable de ideas que invaden nuestra mente, dificultando la atención y la regulación emocional.
En las personas con TDAH, esto es algo muy común y puede generar estrés, ansiedad y problemas para terminar tareas. A menudo se presentan como preocupaciones constantes, ideas creativas sin fin o simplemente una incapacidad para «apagar» la mente, lo que nos deja en un estado de agotamiento mental.
También pueden ir acompañados de comportamientos como la procrastinación crónica, la dificultad para gestionar el tiempo, la impulsividad al tomar decisiones y problemas de organización. Todo esto hace que sea difícil mantener el foco en lo realmente importante.
Causas de los pensamientos acelerados en el TDAH
El TDAH afecta la forma en que el cerebro regula la atención y la inhibición de pensamientos irrelevantes. Factores como el desequilibrio en neurotransmisores, en especial la dopamina y la noradrenalina, pueden dificultar la capacidad para filtrar información y mantener el control. La ansiedad y el estrés también juegan un papel importante, ya que la preocupación constante y la sobrecarga de tareas pueden disparar el flujo de pensamientos. Por otro lado, la hiperfocalización, tan característica del TDAH, hace que nos enganchemos a ciertos temas o ideas, dificultando soltar esos pensamientos repetitivos. Los entornos muy estimulantes o ruidosos y la intensidad emocional también pueden alimentar la sensación de pensamientos acelerados.
Cómo afectan los pensamientos acelerados a la vida diaria
Este flujo incesante de pensamientos puede impactar muchas áreas de nuestra vida. En el sueño, por ejemplo, la mente no se desconecta fácilmente, lo que hace difícil conciliar el sueño o tener un descanso de calidad. En el ámbito laboral y académico, mantener el enfoque en una sola tarea puede ser complicado y terminamos saltando de una cosa a otra, con una eficiencia reducida. Las relaciones personales también pueden verse afectadas, ya que resulta difícil estar presente en una conversación sin que nuestra mente divague constantemente. Todo esto se traduce en una sensación de frustración, agotamiento y dificultades para planificar el día a día, lo que genera más estrés.
Estrategias para gestionar los pensamientos acelerados
No existe una única manera de abordar los pensamientos acelerados, pero hay algunas estrategias que pueden ser útiles.
- La atención plena, por ejemplo, nos permite enfocarnos en el presente y reducir la velocidad mental.
- Escribir nuestros pensamientos ayuda a organizarlos y evitar que se acumulen en nuestra cabeza.
- Tener rutinas diarias bien establecidas también es una forma efectiva de gestionar el tiempo y reducir la sensación de caos.
- Incorporar el ejercicio físico en nuestro día a día nos ayuda a regular los niveles de dopamina y a reducir la ansiedad, lo que tiene un efecto calmante en la mente.
- Buscar apoyo profesional, ya sea con un coach especializado en TDAH o un psicólogo, puede proporcionarnos herramientas prácticas para gestionar estos pensamientos de forma más eficaz.
- En algunos casos, la medicación puede ser una opción útil para reducir la intensidad del flujo de pensamientos, siempre bajo la supervisión de un profesional. Además, reducir el consumo de cafeína y otros estimulantes puede contribuir a calmar la mente, al igual que aplicar técnicas de gestión del tiempo, como la técnica Pomodoro, que permite dividir las tareas en pasos más pequeños y manejables.
Diagnóstico de TDAH en adultos
¿Te identificas con lo que que estás leyendo? Si crees tener todos o parte de los síntomas de TDAH puede ser conveniente que salgas de dudas con una evaluación más exhaustiva. Un diagnóstico temprano es fundamental para prevenir consecuencias más graves que a menudo surgen de un TDAH no tratado.
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