La motivación en los adultos con TDAH está profundamente influenciada por la dopamina y el funcionamiento del sistema de recompensa del cerebro. Mientras que el hiperfoco puede proporcionar momentos de gran productividad, los problemas para mantener la motivación a largo plazo son muy comunes.
Sin embargo, con estrategias como la división de tareas, el establecimiento de recompensas inmediatas, la creación de rutinas y el uso de técnicas de planificación visual, es posible mejorar la motivación y la productividad. Además, buscar apoyo terapéutico y farmacológico puede ayudar a las personas con TDAH a gestionar mejor los desafíos asociados con la motivación.
Dopamina y el sistema de recompensa
La dopamina es un neurotransmisor esencial para el sistema de recompensa del cerebro, que está directamente relacionado con la motivación. En personas con TDAH, los niveles de dopamina suelen ser más bajos que en la población general, lo que contribuye a la búsqueda constante de estímulos que aumenten los niveles de este neurotransmisor. Este desequilibrio dopaminérgico puede explicar por qué las personas con TDAH a menudo se sienten atraídas por actividades que brindan gratificación instantánea, como videojuegos o redes sociales, mientras que luchan por mantenerse enfocadas en tareas que requieren un esfuerzo sostenido y ofrecen recompensas a largo plazo.
El sistema de recompensa en el cerebro de los adultos con TDAH parece estar menos sensible a las recompensas demoradas, lo que dificulta la motivación para proyectos a largo plazo. Según estudios de neurociencia, esta deficiencia en la producción de dopamina provoca una disminución en la capacidad para experimentar satisfacción de manera anticipada, lo que resulta en la procrastinación, desorganización y dificultad para completar tareas (Volkow et al., 2011).
El Hiperfoco, un fenómeno dual
Paradójicamente, aunque los adultos con TDAH suelen tener problemas para mantener la motivación en tareas aburridas o repetitivas, a menudo experimentan «hiperfoco» en ciertas actividades que les interesan profundamente. El hiperfoco es un estado en el que la persona se sumerge completamente en una actividad, excluyendo el mundo exterior durante horas. Durante el hiperfoco, los niveles de dopamina parecen aumentar temporalmente, lo que permite que el individuo logre un rendimiento excepcional en esa tarea específica.
Sin embargo, aunque el hiperfoco puede ser beneficioso en términos de productividad a corto plazo, también puede tener efectos adversos. Las personas con TDAH pueden perder la noción del tiempo, descuidar otras responsabilidades importantes y, una vez que se rompe ese estado de hiperfoco, experimentar una falta de motivación para continuar con tareas menos estimulantes. Es un fenómeno paradójico: aunque el TDAH se asocia con dificultades para mantener la atención, en ciertas circunstancias el cerebro puede sobrecompensar enfocándose intensamente en algo de interés.
Motivación inicial vs. Motivación sostenida
Otro problema común entre los adultos con TDAH es la capacidad para iniciar proyectos con entusiasmo, pero luego encontrar dificultades para mantener ese impulso inicial. Esto está vinculado tanto a la falta de estructura como a la sobrecarga emocional que a menudo acompaña al TDAH. Las personas con TDAH tienden a emocionarse con nuevas ideas o proyectos, lo que dispara una liberación inicial de dopamina, pero esta motivación suele desvanecerse rápidamente cuando enfrentan la realidad de los detalles tediosos o repetitivos.
Este ciclo de entusiasmo inicial seguido por una rápida pérdida de interés puede afectar negativamente tanto el rendimiento académico como profesional. El fenómeno se conoce como “déficit de motivación sostenida”, y está directamente relacionado con el sistema dopaminérgico. Los adultos con TDAH a menudo sienten que están «perdiendo vapor» a medida que un proyecto avanza y la recompensa inmediata disminuye.
Estrategias para Mantener la Motivación
A pesar de estas dificultades, existen diversas estrategias que los adultos con TDAH pueden utilizar para mejorar su motivación y productividad. Algunas de estas estrategias incluyen:
- Dividir las tareas en pequeños pasos: Las grandes tareas a menudo parecen abrumadoras para las personas con TDAH. Dividir un proyecto en pequeños pasos manejables no solo hace que el trabajo sea más accesible, sino que también proporciona pequeñas «recompensas» a lo largo del camino, lo que puede ayudar a mantener la motivación.
- Establecer recompensas inmediatas: Dado que el cerebro con TDAH responde mejor a recompensas inmediatas, puede ser útil crear un sistema de recompensas personales. Por ejemplo, después de completar una tarea, se puede premiar con algo pequeño que sea placentero, como una pausa para tomar café o ver un episodio de una serie favorita.
- Utilizar técnicas de temporización como la Técnica Pomodoro: Esta técnica implica trabajar durante 25 minutos ininterrumpidos, seguidos de una breve pausa de 5 minutos. Estos ciclos ayudan a mantener el enfoque y proporcionan un equilibrio entre trabajo y descanso.
- Crear rutinas y estructuras: Las personas con TDAH suelen beneficiarse enormemente de tener una rutina diaria establecida. Al tener una estructura clara y consistente, se reduce la cantidad de decisiones que deben tomar a lo largo del día, lo que a su vez disminuye la fatiga de decisión y aumenta la motivación para cumplir con las tareas asignadas.
- Utilizar la planificación visual: Herramientas como los calendarios visuales, aplicaciones de gestión de tareas o incluso tableros Kanban, pueden ayudar a visualizar el progreso y dividir las tareas en objetivos alcanzables.
- Aprender estrategias y herramientas prácticas, con la ayuda de un Coach especializado en TDAH, de priorización y ejecución de tareas.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es una terapia eficaz que puede ayudar a los adultos con TDAH a identificar patrones de pensamiento negativo y a desarrollar habilidades para mejorar su motivación y autocontrol. También puede enseñar estrategias para la autorregulación emocional y para gestionar la frustración que a menudo surge cuando las tareas parecen imposibles de completar.
Fuentes
- Volkow, N. D., Wang, G. J., Fowler, J. S., Tomasi, D., & Telang, F. (2011). «Low dopamine activity in the prefrontal cortex in adults with attention deficit/hyperactivity disorder.» Synapse, 65(7), 606-609.
- Barkley, R. A. (2006). Attention-Deficit Hyperactivity Disorder: A Handbook for Diagnosis and Treatment. Guilford Press.
- Hallowell, E. M., & Ratey, J. J. (2011). Driven to Distraction: Recognizing and Coping with Attention Deficit Disorder from Childhood Through Adulthood. Anchor Books.
- Brown, T. E. (2009). Attention Deficit Disorder: The Unfocused Mind in Children and Adults. Yale University Press.
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