Se estima que entre un 35 % y un 40 % de las personas con TDAH también presentan dislexia, y viceversa. Esto refleja una intersección que, en muchas ocasiones, complica tanto el diagnóstico como el tratamiento adecuado, ya que los síntomas pueden enmascararse o potenciarse mutuamente.
La relación entre el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y la dislexia ha sido objeto de estudio debido a sus altas tasas de comorbilidad y a los solapamientos entre los síntomas que presentan ambas condiciones.
Comorbilidades y prevalencia entre TDAH y dislexia
La comorbilidad, o la coexistencia de varias condiciones en una misma persona, es común entre las neurodivergencias. En el caso de TDAH y dislexia, esta coexistencia es particularmente prevalente. Estudios recientes indican que aproximadamente entre el 25 % y el 40 % de los adultos diagnosticados con TDAH también tienen dislexia, y las tasas son similares en sentido inverso: quienes presentan dislexia tienen un alto riesgo de desarrollar TDAH.
Este solapamiento no es sorprendente, ya que ambas condiciones comparten ciertas bases neurobiológicas y afectan procesos cognitivos similares. La dislexia es un trastorno específico de la lectura que se caracteriza por dificultades en la precisión, la fluidez y la comprensión lectora, y está relacionada con el procesamiento del lenguaje.
Por otro lado, el TDAH, que afecta principalmente la atención, el autocontrol y la capacidad de organización, influye directamente en la forma en que una persona procesa y organiza la información. Cuando ambas condiciones están presentes, los desafíos que enfrenta el individuo pueden ser mucho mayores.
Solapamiento de síntomas
Uno de los aspectos más complejos al abordar la comorbilidad entre TDAH y dislexia es el solapamiento en sus síntomas. A menudo, los síntomas de uno de estos trastornos pueden ser confundidos con los del otro. Por ejemplo:
- Dificultades en la lectura y la comprensión: Los niños con TDAH pueden tener dificultadess para concentrarse en el material de lectura, lo que afecta su capacidad para comprenderlo y retenerlo, similar a lo que ocurre en la dislexia, donde las dificultades están relacionadas con el procesamiento fonológico y la decodificación de palabras.
- Problemas de memoria a corto plazo: Tanto el TDAH como la dislexia afectan la memoria de trabajo, que es la capacidad de retener y manipular información por un breve periodo. Esta habilidad es esencial para tareas de lectura y resolución de problemas, y su deficiencia puede hacer que la lectura y la organización de ideas sean especialmente difíciles.
- Desorganización: Las personas con TDAH suelen tener dificultades para organizar su tiempo y sus tareas, y la dislexia puede agravar estos problemas cuando se trata de organizar la información escrita o procesar instrucciones complejas. La combinación de ambos trastornos puede hacer que la planificación y el seguimiento de tareas se vuelvan un desafío importante.
- Problemas de atención sostenida: La falta de concentración es un síntoma central en el TDAH, pero también puede aparecer en personas con dislexia cuando se enfrentan a actividades de lectura que requieren un procesamiento lento y dificultoso.
Estos solapamientos a menudo conducen a diagnósticos tardíos o erróneos. En ocasiones, un niño diagnosticado con TDAH puede no recibir atención adecuada para su dislexia hasta que los problemas de lectura se vuelven más evidentes. Igualmente, un niño inicialmente diagnosticado con dislexia podría no ser evaluado para TDAH, lo que ocasiona que sus dificultades de atención no sean tratadas adecuadamente.
Bases neurobiológicas comunes
Estudios en neurociencia sugieren que tanto el TDAH como la dislexia pueden estar relacionados con ciertas alteraciones en áreas del cerebro que regulan la atención, el lenguaje y el procesamiento de la información.
Por ejemplo, investigaciones han encontrado diferencias estructurales y funcionales en el lóbulo frontal, el cual es esencial para la atención y el control de impulsos, tanto en personas con TDAH como en aquellas con dislexia. Además, los estudios genéticos han mostrado que existen factores hereditarios comunes en ambas condiciones, lo que sugiere que ciertas predisposiciones genéticas pueden contribuir a la aparición simultánea de ambas condiciones.
El córtex parietal y las áreas relacionadas con el procesamiento fonológico también han mostrado patrones alterados en personas con dislexia, y se ha observado que quienes tienen TDAH presentan dificultades para activar estos circuitos de manera constante. Esto significa que los personas con TDAH y dislexia no solo tienen más dificultades en tareas de atención y control impulsivo, sino que también tienen desafíos en el procesamiento del lenguaje, lo que afecta su rendimiento académico y su capacidad para desarrollar habilidades de lectura avanzadas.
Impacto en el diagnóstico y tratamiento
La alta comorbilidad entre TDAH y dislexia tiene implicaciones significativas para el diagnóstico y el tratamiento. En primer lugar, es esencial que los profesionales de la salud realicen evaluaciones exhaustivas para diferenciar entre ambas condiciones, ya que los enfoques terapéuticos varían. Por ejemplo, las intervenciones para el TDAH suelen incluir la medicación (como estimulantes) y terapia conductual, mientras que para la dislexia se emplean enfoques específicos en habilidades de lectura y decodificación fonológica.
Cuando ambas condiciones coexisten, se requiere un enfoque multimodal que aborde tanto las necesidades de atención como las de lectura y lenguaje. Algunas estrategias incluyen programas de intervención intensiva en lectura adaptados a personas con dificultades de atención, así como el uso de tecnología de apoyo, como audiolibros y aplicaciones de organización, que pueden ayudar a mitigar el impacto de ambas condiciones en el aprendizaje.
La neurodiversidad y la coexistencia de trastornos
La relación entre TDAH y dislexia es un ejemplo claro de cómo la neurodiversidad implica, en muchas ocasiones, la presencia de múltiples condiciones que afectan el desarrollo y el funcionamiento diario. Las personas neurodivergentes, es decir, aquellas cuyas habilidades cognitivas, emocionales o conductuales se desarrollan de manera diferente, a menudo presentan comorbilidades que complican sus procesos de diagnóstico y tratamiento.
Es importante recordar que estas condiciones no son independientes, sino que pueden interactuar de maneras complejas. A veces, un trastorno exacerba los síntomas de otro o incluso los oculta. Esto implica que es esencial adoptar un enfoque inclusivo y comprensivo que considere las particularidades de cada individuo.
Diagnóstico temprano
Una vez más, un diagnóstico temprano tanto en el TDAH como en la dislexia es fundamental para gestionar los síntomas y los desafíos de ambas condiciones neurodivergentes. Te dejamos dos enlaces en los que puedes hacerte un primer test de autoevaluación.
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