Uno de las características más visibles del TDAH, es la tendencia a hablar mucho, interrumpir y soltar lo primero que se nos pasa por la cabeza sin filtro. En el caso de los adultos con TDAH, esto no es una elección consciente, ni una falta de educación: es una forma de impulsividad que cuesta mucho regular.
Las personas con TDAH pueden sentir un impulso constante por intervenir, completar frases ajenas o compartir una idea de inmediato ante el temor de olvidarla. Esta urgencia no responde a una necesidad de dominar la conversación, sino a un procesamiento rápido que no siempre permite frenar antes de hablar.
El filtro verbal y la impulsividad
En el cerebro neurotípico existe un filtro que actúa entre el pensamiento y la acción. En el caso del TDAH, ese filtro puede fallar o no activarse a tiempo, lo que provoca interrupciones frecuentes, comentarios impulsivos o la sensación de hablar en exceso.
Esta hiperactividad verbal puede generar incomodidad en distintos contextos: reuniones de trabajo, conversaciones familiares o encuentros sociales. No es raro que después de una interacción surjan dudas como «¿he hablado demasiado?», «¿interrumpí sin darme cuenta?» o «¿he dicho algo fuera de lugar?». Estos cuestionamientos constantes pueden afectar la autoestima y la confianza.
Pequeños trucos que ayudan
No se trata de reprimir la espontaneidad ni de forzarse a encajar en un estilo comunicativo ajeno. Pero existen estrategias que pueden ayudar a gestionar mejor esta característica de la neurodivergencia:
- Hacer una pausa breve antes de intervenir. Incluso un segundo puede ayudar a contener la respuesta impulsiva.
- Establecer señales de confianza con personas cercanas para identificar momentos en que se interrumpe o se habla en exceso.
- Practicar la escucha activa, repitiendo mentalmente lo que la otra persona dice, ayuda a mantenerse enfocado en su mensaje.
- En caso de interrumpir, reconocerlo y devolver la palabra puede favorecer una comunicación más equilibrada.
En algunos casos, trabajar estas dificultades en terapia puede ser beneficioso, especialmente si se viven con malestar. La autorregulación verbal es una habilidad que puede desarrollarse con práctica y apoyo.
Reconciliarse con esta parte del TDAH
Aunque este tipo de hiperactividad puede generar problemas, también tiene aspectos positivos. Muchas personas con TDAH se destacan por su espontaneidad, capacidad para iniciar conversaciones, expresar ideas de forma entusiasta y transmitir energía. Aprender a regular sin perder autenticidad es el objetivo.
Hablar mucho no siempre es negativo. Interrumpir no necesariamente implica desinterés. Y decir lo que se piensa puede ser una muestra de sinceridad. Entender el origen de esta forma de comunicación es el primer paso para gestionarla de forma más consciente.
Diagnóstico de TDAH en adultos
¿Te identificas con lo que que estás leyendo? Si crees tener todos o parte de los síntomas de TDAH puede ser conveniente que salgas de dudas con una evaluación más exhaustiva. Un diagnóstico temprano es fundamental para prevenir consecuencias más graves que a menudo surgen de un TDAH no tratado.
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