Todo lo que un adulto necesita saber sobre TDAH

atencion-tdah-adultos

TDAH y atención continuada: el suplicio de las reuniones largas

Una de las dificultades más comunes del TDAH en adultos es la incapacidad para mantener la atención continuada durante periodos prolongados.

Esta dificultad no siempre se manifiesta como una falta total de concentración, sino más bien como una lucha constante por mantenerse conectado cuando la situación exige estar presente de forma sostenida, especialmente en contextos formales o estructurados, como reuniones largas de trabajo o conversaciones densas.

Es frecuente que las personas con TDAH experimenten un agotamiento mental profundo tras una reunión de una hora, aunque no hayan intervenido casi nada. No es desinterés, es que la mente empieza a saturarse por la cantidad de estímulos, palabras y detalles a los que debe prestar atención sin poder desconectar ni un segundo. Esa saturación no es pereza, ni falta de profesionalismo, es neurodivergencia.

La mente que se va sin permiso

Durante una conversación larga, especialmente si el tema no resulta del todo estimulante, es habitual que aparezcan las microdesconexiones. De repente, alguien está hablando y, sin saber cómo, ya se ha perdido el hilo. No es que no se quiera escuchar, es que literalmente la atención se ha desviado por una asociación mental, un pensamiento paralelo o simplemente por fatiga atencional. Cuando eso pasa una y otra vez en la misma conversación, el sentimiento posterior es muy frustrante. No enterarse del todo de lo que se ha dicho genera culpa, vergüenza y una sensación constante de estar fallando, incluso cuando se ha puesto todo el esfuerzo posible en intentar mantenerse presente.

Este tipo de situaciones no solo afectan al rendimiento, sino también a la autoestima. Es fácil caer en la autocrítica: “¿Por qué no puedo simplemente prestar atención como los demás?” Pero no se trata de una falta de voluntad. La dificultad para sostener la atención continuada en personas con TDAH está relacionada con el funcionamiento neurológico, no con la actitud o el interés.

Reuniones largas: una trampa para la concentración

Las reuniones extensas, sobre todo aquellas sin pausas o con un ritmo lento, pueden convertirse en un escenario especialmente difícil. El cuerpo pide moverse, cambiar de postura, caminar un poco. Esta necesidad física no es una excusa, es una forma natural de intentar autorregular la activación del cerebro. Cuando eso no se permite, o se interpreta como falta de respeto, el malestar se multiplica.

También puede ocurrir que durante la reunión se tenga que luchar internamente para no interrumpir, para no mirar el móvil, para no distraerse con algo en la ventana. Esa energía dedicada a “comportarse como se espera” consume recursos cognitivos que podrían usarse para escuchar y entender lo que se está diciendo.

La importancia del movimiento y la flexibilidad

Incorporar pequeños movimientos o pausas puede marcar una gran diferencia. Tomar notas a mano, moverse discretamente, hacer estiramientos suaves o incluso tener un objeto en las manos para manipular puede ayudar a mantener la atención activa. Estos ajustes no son simples caprichos, son estrategias de autorregulación que muchas personas con TDAH utilizan, a veces sin saber por qué funcionan, pero sintiendo que lo necesitan para sobrevivir a determinadas situaciones.

En algunos entornos laborales, esto todavía se ve como una rareza. Pero en otros, más abiertos a la neurodiversidad, se empieza a entender que ofrecer opciones diferentes de participación y concentración no es un privilegio, sino una forma de inclusión real.

Reconocer la desconexión sin culparse

Detectar que uno se ha perdido parte de una conversación no debería ser motivo de vergüenza. Forma parte de la experiencia de muchas personas neurodivergentes. A veces, se puede reconducir pidiendo que repitan una parte, otras veces no queda otra que intuir el contexto y seguir adelante. Lo importante es empezar a aceptar estas limitaciones sin convertirlas en una condena personal.

Hablar abiertamente de estas dificultades dentro de los equipos, si se da la confianza suficiente, puede aliviar la presión. Compartir que cuesta mantenerse atento durante tanto tiempo seguido puede abrir espacio para nuevas dinámicas: reuniones más cortas, momentos de resumen, materiales de apoyo posteriores, o simplemente, la comprensión de que no todo el mundo funciona igual.

En la vida profesional y personal, aprender a convivir con estas microdesconexiones sin exigirse perfección es una forma de cuidar la salud mental y dejar espacio a una relación más compasiva con el propio funcionamiento atencional.

Diagnóstico de TDAH en adultos

¿Te identificas con lo que que estás leyendo? Si crees tener todos o parte de los síntomas de TDAH puede ser conveniente que salgas de dudas con una evaluación más exhaustiva. Un diagnóstico temprano es fundamental para prevenir consecuencias más graves que a menudo surgen de un TDAH no tratado.

SOLICITA INFORMACIÓN PARA DIAGNÓSTICO PROFESIONAL TDAH

TEST de TDAH

Si sospechas que puedes tener TDAH este test para personas adultas puede ayudarte a identificar posibles sintomas.