Una de las dificultades más comunes del TDAH en adultos es la incapacidad para mantener la atención continuada durante periodos prolongados.
Esta dificultad supone una lucha constante por mantenerse conectado cuando la situación exige estar presente de forma sostenida, especialmente en contextos formales o estructurados, como reuniones largas de trabajo o conversaciones densas.
Reuniones de 30 minutos
En una reunión, a partir de los 30 minutos , el nivel de activación cerebral suele disminuir, lo que aumenta la probabilidad de distracción, inquietud o desconexión mental. De hecho, es frecuente que las personas con TDAH experimenten un agotamiento mental profundo tras una reunión de una hora, aunque no hayan intervenido casi nada. No es desinterés, es que la mente empieza a saturarse por la cantidad de estímulos, palabras y detalles a los que debe prestar atención sin poder desconectar ni un segundo.
La mente que se va sin permiso
Durante una conversación larga, especialmente si el tema no resulta del todo estimulante, es habitual que aparezcan las microdesconexiones. De repente, alguien está hablando y, sin saber cómo, ya se ha perdido el hilo. No es que no se quiera escuchar, es que literalmente la atención se ha desviado por una asociación mental, un pensamiento paralelo o simplemente por fatiga atencional.
Necesidad de movimiento
El cuerpo pide moverse, cambiar de postura, caminar un poco. Esta necesidad física no es una excusa, es una forma natural de intentar autorregular la activación del cerebro. Cuando eso no se permite, o se interpreta como falta de respeto, el malestar se multiplica.
Interrumpcciones y respeto de turnos
También puede ocurrir que durante la reunión se tenga que luchar internamente para no interrumpir, para no mirar el móvil, para no distraerse con algo en la ventana. Esa energía dedicada a “comportarse como se espera” consume recursos cognitivos que podrían usarse para escuchar y entender lo que se está diciendo.
La importancia del movimiento y la flexibilidad
Incorporar pequeños movimientos o pausas puede marcar una gran diferencia. Tomar notas a mano, moverse discretamente, hacer estiramientos suaves o incluso tener un objeto en las manos para manipular puede ayudar a mantener la atención activa. Estos ajustes no son simples caprichos, son estrategias de autorregulación que muchas personas con TDAH utilizan, a veces sin saber por qué funcionan, pero sintiendo que lo necesitan para sobrevivir a determinadas situaciones.
En algunos entornos laborales, esto todavía se ve como una rareza. Pero en otros, más abiertos a la neurodiversidad, se empieza a entender que ofrecer opciones diferentes de participación y concentración no es un privilegio, sino una forma de inclusión real.
¿Quiéres mi atención? Déjame hacer garabatos
Hacer garabatos durante una reunión no es una señal de distracción, sino una estrategia espontánea que muchas personas con TDAH utilizan para mantenerse enfocadas. El cerebro con TDAH busca constantemente estimulación para evitar caer en el aburrimiento o la desconexión, especialmente en situaciones que requieren atención sostenida, como una reunión larga o una clase.
Los garabatos actúan como una forma leve de estimulación sensorial que ayuda a regular la actividad cerebral, manteniéndola en un nivel óptimo para escuchar y procesar información. Lejos de distraer, este tipo de movimiento puede servir como una vía para canalizar el exceso de energía motora e inhibir impulsos más disruptivos, favoreciendo así la atención y la retención de lo que se escucha.
Reconocer la desconexión sin culparse
Detectar que uno se ha perdido parte de una conversación no debería ser motivo de vergüenza. Forma parte de la experiencia de muchas personas neurodivergentes. A veces, se puede reconducir pidiendo que repitan una parte, otras veces no queda otra que intuir el contexto y seguir adelante. Lo importante es empezar a aceptar estas limitaciones sin convertirlas en una condena personal.
Formación en Neurodiversidad
Es fundamental la formación en neurodiversidad en las empresas. En primer lugar para crear un espacio de confianza donde hablar abiertamente de estas dificultades dentro de los equipos sin avergonzarse o culparse. En segundo lugar para poner en marcha pequeñas adaptaciones como: reuniones más cortas, adelantar agenda para su preparación, permiso para movimiento o dibujar, materiales de apoyo posteriores, feedback para confirmar que todo se ha entendido o recapitulación de instrucciones claras.
Diagnóstico de TDAH en adultos
¿Te identificas con lo que que estás leyendo? Si crees tener todos o parte de los síntomas de TDAH puede ser conveniente que salgas de dudas con una evaluación más exhaustiva. Un diagnóstico temprano es fundamental para prevenir consecuencias más graves que a menudo surgen de un TDAH no tratado.
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